NADIE tiene DERECHO, absolutamente NADIE...

Martín es un Capitán del ejército que fue asignado como jefe de un puesto importante en una ciudad, que está a dos hora y media de la ciudad donde vive con su esposa y sus dos niñas (una de 12 y la otra de 7 años).

La mayor preocupación de Martín es que tiene que pasar de lunes a viernes sin ver a su familia. Martín regresa a la casa los viernes por la noche, y permanece con su familia hasta el domingo por la tarde. El es una persona recta y muy dedicado a su familia.

Ese miércoles por la tarde, Martín empieza a sertir un dolor fuerte de cabeza, que se va agudizando y acompañando con cierta calentura. Decide llamar a su asistente para que le cubra el puesto por el resto de la noche, hasta el día siguiente. No se siente bien y opta por irse a su casa para visitar su médico, temprano por la mañana. Martín toma su jeep y comienza a conducir hacia su ciudad. Ha llamado varias vece a su casa para informarle a su esposa sobre la situación, pero primero el teléfono sonaba ocupado y luego nadie lo tomaba. Llamó al celular de la esposa, y tampoco se pudo comunicar. Siente que su cabeza va a explotar; pues además del dolor, se siente muy preocupado porque no se ha podido comunicar. Martín presiente que algo extraño está ocurriendo en su casa.

Son las 8:30 de la noche. Miles de pensamientos raros cruzan por la mente de Martín. Está ya a dos cuadras de su casa; y toma el control remoto para abrir el portón y entrar cuanto antes a la casa; --ahora más que por lo del dolor de cabeza, desesperado por ver que ha ocurrido en la casa--- A media cuadra de la casa, Martín detiene el jeep. Es que en ese momento ve que de reverso, sale de su casa un caro negro con los vidrios totalmente oscuros, y que para El era un carro desconocido. Se quiso morir...Pensó lo peor, una esposa de 10 años a la que amaba muchisimo, dos niñas preciosas, un hogar que le había costado tanto formarlo, ...noooo, El no podía creer lo que estaba pensando.

El carro negro terminó de salir del parqueo, y se empezó a alejar en la misma direeción en que Martín venía. Martín lo siguió. A unas 5 cuadras de su casa, se le puso en paralelo, abrió el cristal de su puerta derecha, disparó contra el conductor del carro negro, y lo mató.

Si parar, Martín pegó la vuelta y se dirigió a su casa con la finalidad de encontrar su esposa allí, y también matarla. Cuando tocó el timbre de la puerta, quien le abrió fue su madre. El conductor del carro negro que Martín había matado, era su hermano menor.

El hermano había ido a llevar a su madre para que se quedara con las niñas, pues la esposa de Martín había efermado y hubo que hospitalizarla. El carro negro era uno que había rentado su hermano.

Nadie tiene derecho a juzgar, ni condenar.
Este momento, ahora mismo, es igual para todos. Pero cada quien, en este mismo momento, vive una histora diferente.

En un mismo autobús, el que rueda a esta hora por la 27 de febrero, cada uno de sus pasajeros va envuelto en su situació personal. Uno va a la universidad, otro está tarde y va para su trabajo, aquella va al hospital donde tiene su madre enferma, a este le acaba de nacer un hijo, el del asiento del frente es un turista, y así...Cada quien tiene unas circunstancias diferentes y actua según esa circunstancias. Por eso es injusto molestarse con las actuaciones de los demás.

No es justo juzgar la cosas, ni a las personas. En cambio, debemos preguntar, mirar y esperar; antes de juzgar y condenar. Juzgar es una capacidad real del Ser Humano; pero ningún Ser Humano tiene el derecho a usarla. Lo mejor es ignorarla.

NADIE tiene DERECHO, absolutamente NADIE, ...ni a JUZGAR, ni a CONDENAR. Sé Felíz...

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Gracias y hasta mañana ....!